La humilde papa, conocida y amada en todo el mundo, es mucho más que un acompañamiento en la mesa. Este tubérculo, originario de los Andes, es una fuente sorprendente de nutrientes y beneficios que muchos desconocen. Y no solo su pulpa tiene propiedades… el agua de papa también guarda secretos que pueden beneficiar tu salud de manera natural.
Un alimento ancestral lleno de vida
Desde hace miles de años, los pueblos andinos han cultivado y venerado la papa por su valor nutritivo y medicinal. Contiene vitaminas del complejo B, vitamina C, potasio, hierro, magnesio y fibra, lo que la convierte en un alimento completo y equilibrado.
Aunque solemos asociarla con las comidas fritas o el puré, en su forma más natural —cocida o hervida con cáscara— es ligera, saciante y energética, ideal para mantener el equilibrio del cuerpo.
¿Qué es el agua de papa?
El agua de papa es simplemente el líquido que queda después de hervir una o más papas con su cáscara. También puede obtenerse licuando papa cruda con agua y filtrando el líquido. Lo interesante es que esta sencilla preparación concentra parte de las propiedades medicinales del tubérculo y ha sido usada en la medicina natural desde tiempos antiguos.
Propiedades del agua de papa
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Alcalinizante natural:
El agua de papa ayuda a equilibrar el pH del organismo, combatiendo la acidez estomacal y el reflujo. Es un excelente remedio casero para quienes sufren gastritis o ardor. -
Protectora del sistema digestivo:
Suaviza las mucosas del estómago e intestinos, aliviando la irritación. También puede ayudar en casos de úlceras y digestiones pesadas. -
Antiinflamatoria y depurativa:
Gracias a sus compuestos antioxidantes y minerales, favorece la eliminación de toxinas y reduce la inflamación en el cuerpo. -
Aliada de la piel:
Beber o aplicar agua de papa puede ayudar a calmar irritaciones, manchas y quemaduras leves. Su contenido en vitamina C estimula la regeneración celular y mantiene la piel luminosa. -
Apoyo al sistema inmune:
Los minerales y antioxidantes presentes en el agua de papa contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Cómo preparar agua de papa
Opción 1 – Agua de papa cocida:
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Lava muy bien una papa (de preferencia orgánica) y córtala en trozos, sin pelarla.
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Colócala en una olla con medio litro de agua.
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Hierve durante 10 minutos.
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Deja enfriar y cuela.
Puedes beber un vaso en ayunas o antes de las comidas principales.
Opción 2 – Jugo de papa cruda:
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Pela una papa y córtala en trozos.
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Licúa con medio vaso de agua.
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Filtra con un paño o colador fino.
Esta versión es más concentrada y se recomienda en pequeñas cantidades (media taza al día durante 3 a 5 días).
Precauciones
Aunque el agua de papa es natural y segura, no se debe consumir en exceso ni sustituir tratamientos médicos.
Evita usar papas verdosas o con brotes, ya que contienen solanina, una sustancia tóxica.
En resumen
La papa, ese alimento tan cotidiano, esconde un potencial increíble para cuidar nuestra salud. Y el agua de papa, sencilla y económica, puede convertirse en una aliada para equilibrar, desintoxicar y fortalecer el organismo.
A veces, los remedios más poderosos están en lo más simple… en este caso, ¡en una papa y un poco de agua!

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