Amaranto: El “grano” ancestral lleno de vida y nutrición


Imagen realista de un cuenco rústico lleno de semillas de amaranto doradas, acompañado por una rama de planta de amaranto con flores rojizas y hojas verdes sobre fondo de madera oscura. Representa la riqueza nutricional, la tradición ancestral y la belleza botánica de este superalimento ritual.


El amaranto (Amaranthus spp.) es una planta ancestral que fue cultivada y venerada por culturas como la azteca e inca hace miles de años. Aunque suele llamarse “grano”, en realidad es una semilla pseudocereal, al igual que la quinoa. Hoy, el amaranto está resurgiendo como un alimento funcional gracias a su alto valor nutricional y beneficios comprobados para la salud.

Propiedades nutricionales del amaranto

El amaranto es considerado un “súper alimento” porque concentra proteínas, minerales y compuestos bioactivos en pequeñas cantidades. Entre sus principales nutrientes encontramos:

  • Proteína de alta calidad: contiene lisina, un aminoácido esencial poco común en los cereales.

  • Rico en fibra: favorece la digestión y ayuda al control de la glucosa.

  • Vitaminas y minerales: aporta calcio, hierro, magnesio, fósforo y vitaminas del grupo B.

  • Antioxidantes: contiene compuestos fenólicos y escualeno, que protegen contra el daño oxidativo.

  • Libre de gluten: ideal para personas con celiaquía o sensibilidad al gluten.

Beneficios del amaranto para la salud

  1. Fortalece los huesos gracias a su contenido de calcio y magnesio.

  2. Apoya la salud cardiovascular: sus fitoquímicos y fibra ayudan a reducir el colesterol.

  3. Regula la digestión: mejora el tránsito intestinal y previene el estreñimiento.

  4. Controla el azúcar en la sangre: recomendado en dietas para personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2.

  5. Apoya el sistema inmune por sus antioxidantes y minerales esenciales.

  6. Fuente de energía sostenida: perfecto para niños, deportistas y personas con alta demanda física.

Usos tradicionales y actuales del amaranto

En la época prehispánica, el amaranto no solo era alimento, sino también un elemento ritual y cultural. Hoy, se consume en múltiples formas:

  • Grano inflado (similar a las palomitas), usado en dulces como las famosas alegrías mexicanas.

  • Harina de amaranto, ideal para panes, galletas o tortillas libres de gluten.

  • Hojas tiernas de amaranto, ricas en hierro y calcio, que se comen como verdura.

  • Aceite de amaranto, apreciado por su contenido de escualeno y ácidos grasos saludables.

Cómo incluir amaranto en tu alimentación

  • Añade amaranto inflado al yogur, batidos o frutas.

  • Sustituye parte de la harina de trigo por harina de amaranto en tus recetas.

  • Cocina el grano como si fuera arroz o quinoa, para acompañar vegetales o ensaladas.

  • Prepara barritas energéticas caseras con amaranto, frutos secos y miel.

Consideraciones

El amaranto es seguro para la mayoría de las personas. Solo se recomienda moderar el consumo en quienes tengan cálculos renales o gota, ya que contiene oxalatos y purinas.

Conclusión

El amaranto no es una moda, es un alimento ancestral con respaldo científico que puede mejorar nuestra nutrición y bienestar diario. Versátil, nutritivo y accesible, es una semilla que nos conecta con la sabiduría de la tierra y con prácticas alimenticias sostenibles.

📌 Consejo de Bienestar: Esta información tiene fines informativos y educativos. No reemplaza el diagnóstico o tratamiento profesional. Consulta con tu médico o nutricionista antes de realizar cambios importantes en tu dieta


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