El amaranto (Amaranthus spp.) es una planta ancestral que fue cultivada y venerada por culturas como la azteca e inca hace miles de años. Aunque suele llamarse “grano”, en realidad es una semilla pseudocereal, al igual que la quinoa. Hoy, el amaranto está resurgiendo como un alimento funcional gracias a su alto valor nutricional y beneficios comprobados para la salud.
Propiedades nutricionales del amaranto
El amaranto es considerado un “súper alimento” porque concentra proteínas, minerales y compuestos bioactivos en pequeñas cantidades. Entre sus principales nutrientes encontramos:
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Proteína de alta calidad: contiene lisina, un aminoácido esencial poco común en los cereales.
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Rico en fibra: favorece la digestión y ayuda al control de la glucosa.
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Vitaminas y minerales: aporta calcio, hierro, magnesio, fósforo y vitaminas del grupo B.
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Antioxidantes: contiene compuestos fenólicos y escualeno, que protegen contra el daño oxidativo.
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Libre de gluten: ideal para personas con celiaquía o sensibilidad al gluten.
Beneficios del amaranto para la salud
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Fortalece los huesos gracias a su contenido de calcio y magnesio.
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Apoya la salud cardiovascular: sus fitoquímicos y fibra ayudan a reducir el colesterol.
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Regula la digestión: mejora el tránsito intestinal y previene el estreñimiento.
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Controla el azúcar en la sangre: recomendado en dietas para personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2.
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Apoya el sistema inmune por sus antioxidantes y minerales esenciales.
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Fuente de energía sostenida: perfecto para niños, deportistas y personas con alta demanda física.
Usos tradicionales y actuales del amaranto
En la época prehispánica, el amaranto no solo era alimento, sino también un elemento ritual y cultural. Hoy, se consume en múltiples formas:
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Grano inflado (similar a las palomitas), usado en dulces como las famosas alegrías mexicanas.
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Harina de amaranto, ideal para panes, galletas o tortillas libres de gluten.
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Hojas tiernas de amaranto, ricas en hierro y calcio, que se comen como verdura.
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Aceite de amaranto, apreciado por su contenido de escualeno y ácidos grasos saludables.
Cómo incluir amaranto en tu alimentación
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Añade amaranto inflado al yogur, batidos o frutas.
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Sustituye parte de la harina de trigo por harina de amaranto en tus recetas.
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Cocina el grano como si fuera arroz o quinoa, para acompañar vegetales o ensaladas.
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Prepara barritas energéticas caseras con amaranto, frutos secos y miel.
Consideraciones
El amaranto es seguro para la mayoría de las personas. Solo se recomienda moderar el consumo en quienes tengan cálculos renales o gota, ya que contiene oxalatos y purinas.
Conclusión
El amaranto no es una moda, es un alimento ancestral con respaldo científico que puede mejorar nuestra nutrición y bienestar diario. Versátil, nutritivo y accesible, es una semilla que nos conecta con la sabiduría de la tierra y con prácticas alimenticias sostenibles.
📌 Consejo de Bienestar: Esta información tiene fines informativos y educativos. No reemplaza el diagnóstico o tratamiento profesional. Consulta con tu médico o nutricionista antes de realizar cambios importantes en tu dieta

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