El tumbo (Passiflora tripartita var. mollissima) es una de las joyas más singulares de los Andes. Su forma alargada, su aroma floral y su sabor dulce-ácido la convierten en una fruta apreciada desde tiempos ancestrales, no solo como alimento sino también como parte de prácticas medicinales tradicionales. Hoy vuelve a tomar protagonismo gracias a su riqueza nutricional y sus beneficios para el bienestar físico y emocional.
¿Qué es el tumbo?
El tumbo es una fruta perteneciente a la familia de las passifloras, la misma del maracuyá, aunque se distingue por su cáscara alargada y su pulpa suave de color anaranjado o rosado. Es cultivado en zonas altas y templadas de los Andes, especialmente en Perú, Bolivia, Ecuador y algunas áreas del norte de Chile.
Su sabor combina lo mejor de lo tropical con un toque refrescante que lo hace ideal para bebidas y postres.
Propiedades nutricionales del tumbo
El tumbo destaca por su equilibrio entre ligereza y densidad nutricional, lo que lo convierte en una opción saludable para el día a día.
Entre sus principales componentes se encuentran:
- Vitamina C: esencial para fortalecer el sistema inmunológico.
- Vitamina A y carotenoides: importantes para la piel, la visión y los tejidos.
- Fibra soluble: clave para una digestión equilibrada.
- Minerales como potasio, calcio, fósforo y magnesio.
- Antioxidantes naturales que protegen frente al daño oxidativo.
Beneficios del tumbo para la salud
1. Refuerza las defensas
Su contenido de vitamina C y antioxidantes ayuda al organismo a combatir infecciones, virus y radicales libres.
2. Favorece la digestión
La fibra del tumbo mejora el tránsito intestinal, reduce la hinchazón y contribuye al equilibrio de la microbiota.
3. Aporta calma y bienestar
Al pertenecer al género Passiflora, el tumbo tiene un suave efecto relajante que ayuda a disminuir el estrés y mejorar el descanso.
4. Protege la piel desde dentro
Sus compuestos antioxidantes apoyan la regeneración celular y promueven una piel más luminosa y sana.
5. Hidrata y refresca naturalmente
Su pulpa contiene una alta proporción de agua, lo que lo convierte en un excelente refresco natural para días calurosos.
6. Cuida el corazón
El potasio contribuye a regular la presión arterial, mientras que la fibra y los antioxidantes favorecen la salud cardiovascular.
¿Cómo consumir el tumbo?
El tumbo es muy versátil y puede disfrutarse de distintas formas:
- Jugo natural: su forma más tradicional.
- Batidos nutritivos: mezclado con mango, plátano o papaya.
- Postres y helados caseros: su sabor único combina muy bien con lácteos y crema vegetal.
- Salsas y mermeladas: perfectas para panes integrales o yogur.
- Al natural: simplemente retirando o conservando las semillas según gusto personal.
Usos tradicionales andinos
En diversas comunidades, el tumbo era considerado un fruto “armonizador”. Se utilizaba para:
- Reducir la tensión emocional.
- Aliviar molestias digestivas.
- Refrescar el cuerpo en jornadas intensas.
Su consumo formaba parte del equilibrio cotidiano entre alimentación y bienestar.
Conclusión
El tumbo es mucho más que una fruta exótica: es un alimento ancestral, refrescante y nutritivo, que ofrece beneficios para la digestión, la piel, las defensas y la mente. Si buscas incorporar opciones naturales y llenas de vida a tu alimentación, el tumbo es una excelente elección.

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