馃尭 El d铆a que decid铆 cuidar mi mente como cuido mi cuerpo


Mujer joven meditando en posici贸n de loto sobre una esterilla, rodeada de luz natural y plantas, s铆mbolo de calma mental y bienestar interior.


Durante mucho tiempo pens茅 que cuidarme significaba solo comer sano, hacer ejercicio y dormir bien. Cre铆a que mantener mi cuerpo en equilibrio era suficiente para sentirme bien. Pero un d铆a descubr铆 que, aunque mi cuerpo se ve铆a fuerte, mi mente estaba agotada. Y comprend铆 que ese cansancio silencioso tambi茅n era una forma de no estar bien.

No fue una crisis, ni un momento de quiebre. Fue m谩s bien un instante de lucidez, de esos que llegan sin ruido, pero lo cambian todo. Me di cuenta de que pod铆a alimentarme con lo mejor, moverme con disciplina, y aun as铆 sentirme vac铆a, ansiosa o triste… sin entender por qu茅.
Ese fue el d铆a en que decid铆 cuidar mi mente con el mismo amor con el que cuido mi cuerpo.

Aprend铆 a detenerme

Comenc茅 por lo m谩s simple: respirar y observarme. Dej茅 de exigirle a mi mente perfecci贸n, de llenarla de pendientes, y empec茅 a ofrecerle ternura.
Me permit铆 sentir sin juzgar, descansar sin culpa y hablarme con la misma compasi贸n con la que suelo cuidar a los dem谩s.

Alimentar la mente tambi茅n es autocuidado

Entend铆 que la mente tambi茅n necesita alimento:

  • Pensamientos amables que nutran en lugar de desgastar.
  • Silencio y calma para procesar, no solo para rendir.
  • Palabras y relaciones que sumen, que abracen, que inspiren.

As铆 como el cuerpo necesita moverse, la mente tambi茅n:
con nuevas experiencias, aprendizajes, momentos de creatividad, arte y risa.
Y tambi茅n requiere descanso: pausas sin pantallas, tiempo sin metas, d铆as sin prisa.


El autocuidado como forma de vida

Desde entonces, mi autocuidado ya no es una lista de tareas, sino una manera de vivir con presencia.
Ya no separo cuerpo, mente y esp铆ritu: los abrazo como un todo que merece equilibrio, respeto y amor.

Aprend铆 que cuidar mi mente no es un lujo, es una necesidad.
Porque cuando mi mente est谩 en paz, todo mi cuerpo florece.
Y cuando florezco por dentro, todo a mi alrededor tambi茅n lo hace. 


Reflexi贸n final

No siempre podemos controlar lo que ocurre fuera, pero s铆 podemos elegir c贸mo cuidarnos por dentro.
Empieza hoy, con algo peque帽o pero real:
una respiraci贸n profunda, una palabra amable, una pausa para agradecer.
Todo cambio profundo comienza en ese instante en que decides mirarte con amor.

Publicar un comentario

0 Comentarios